Por qué es inútil desfragmentar una unidad SSD en Windows 10 y11

La desfragmentación de discos duros ha sido durante mucho tiempo un recurso muy utilizado para optimizar el rendimiento de las computadoras. Lo que hace es reorganizar los archivos fragmentados en un disco duro para que estén en sectores físicos contiguos, lo que ofrece un acceso más rápido.

En las últimas versiones de Windows, el mismo sistema operativo es el que se encarga de la desfragmentación de las unidades de disco, y lo hace de forma automatizada para evitar que el usuario pierda tiempo en un proceso que puede tomar algunas horas.

Sin embargo, con la llegada de las unidades de estado sólido (SSD) la situación ha cambiado. A diferencia de los discos duros tradicionales, las unidades SSD no tienen cabezas de lectura mecánicas que se mueven físicamente por la superficie del disco. En su lugar, los datos se almacenan en celdas de memoria flash interconectadas, propiciando un acceso rápido a los archivos sin importar su ubicación. Por lo tanto, la ubicación fragmentada de archivos en una unidad SSD no causa una disminución del rendimiento como lo haría en un disco duro estándar.

De hecho, la desfragmentación no solo es innecesaria en las SSD, sino que puede reducir potencialmente su vida útil. Sus celdas de memoria flash tienen un número limitado de ciclos de escritura antes de fallar. Y estos ciclos de escritura pueden agotarse con procesos de escritura de datos sin sustento.

Es por ello que cuando Windows 10 y Windows 11 detectan una unidad SSD proceden a inhabilitar la tarea de desfragmentación periódica. Sin embargo, la característica sigue estando activa y podría ser utilizada de manera innecesaria, por lo que lo mejor es desactivarla totalmente de forma manual.

Cómo desactivar la desfragmentación automática en Windows 11

Haz clic en el menú Inicio y en el cuadro de búsqueda escribe Desfragmentar y optimizar unidades. Cuando aparezca esta utilidad, haz clic en Abrir.

A continuación, resalta con el mouse la unidad SSD. Luego, haz clic en Cambiar configuración.

En la ventana Programación de la optimización, desmarca la casilla Ejecución programada (recomendado). Para terminar, haz clic en Aceptar.

Haz lo mismo para cualquier otra unidad SSD que esté instalada en tu sistema Windows.

Imagen de pagefact en Pixabay

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