La superinteligencia artificial: ¿avance o amenaza?

En marzo de 2023, más de 1000 expertos en la materia firmaron una carta abierta solicitando a los laboratorios de IA una pausa en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial más avanzados que GPT-4 por las implicancias que podrían tener en las actividades humanas. Al parecer sin mucho éxito.

La inteligencia artificial sigue evolucionando rápidamente en los últimos meses, al punto que entendidos como Demis Hassabis consideran que en pocos años podríamos desarrollar cerebros electrónicos con similar inteligencia a la de los humanos. Se habla al respecto de una inteligencia artificial Fuerte o inteligencia artificial general (AGI, por sus siglas en inglés) con las mismas capacidades de comprensión y comunicación que los seres humanos. Pero, de aquí a la aparición de los cerebros superinteligentes hay un solo paso.

Qué es la superinteligencia artificial

La superinteligencia hace referencia a una inteligencia artificial hipotética que superaría con creces la inteligencia humana en prácticamente todos los campos del conocimiento. Esto incluiría capacidades como velocidad de procesamiento, memoria, aprendizaje, lenguaje, resolución de problemas, creatividad, entre muchas otras. En esencia, sería una mente artificial del más alto nivel posible, con la autonomía para tomar decisiones propias, incluyendo la capacidad de mejorarse a sí misma.

Algunos investigadores creen que la superinteligencia artificial (ASI, por sus siglas en inglés) podría alcanzarse este siglo gracias al alto nivel de escalabilidad que poseen los ingredientes fundamentales de la inteligencia artificial como las redes neuronales profundas, el machine learning y la computación en la nube. Este supercerebro artificial conduciría nuestra civilización por caminos difíciles de predecir.

Por una parte, una ASI de carácter benéfico podría ayudar a la humanidad a resolver problemas como el cambio climático, el hambre o las enfermedades. Pero también existe el temor de que sea imposible controlar una inteligencia miles de veces superior y que escape de nuestra comprensión. No faltan los que advierten catastróficas consecuencias si los objetivos de la ASI no están alineados con los intereses humanos.

La superinteligencia artificial es probablemente el concepto tecnológico con más incógnitas y desafíos éticos. Pero es un debate que debe permanecer abierto. La supervisión cercana de este campo es la mejor estrategia para asegurarnos de desarrollar una IA segura y benéfica.

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