La inteligencia artificial es un fenómeno indetenible. De hecho, sigue expandiéndose a más actividades del día a día. Su capacidad de hacer que las máquinas aprendan y razonen de manera inteligente le permite ocuparse de muchas tareas de manera eficiente en una variedad de entornos que incluyen el entorno empresarial, doméstico y educativo.
Dichas tareas son muy fáciles de identificar por cualquier usuario de teléfonos celulares o computadoras, siendo muy probable que las hayan experimentado cuando se han comunicado con los servicios de atención al cliente de sus proveedores de Internet o entidades financieras, los cuales operan con chatbots que dan soluciones a problemas frecuentes de manera automatizada.
También con los asistentes digitales personales integrados en sus teléfonos o televisores, pues ellos utilizan la tecnología de reconocimiento de voz, otra herramienta fundamentada en la inteligencia artificial, la cual permite por ejemplo que este artículo esté siendo dictado en lugar de ser redactado con el teclado.
También se nota su impacto en el ambiente educativo con herramientas como ChatGPT y Google Bard, las cuales sirven para expandir los conocimientos de profesores, alumnos e incluso los mismos padres de familia, bien sea, respondiendo sus preguntas de carácter general, redactando diversas clases de documentos, escribiendo código informático o haciendo traducciones. Algo que motiva polémica y preocupaciones entre los profesionales del sector que ven comprometida su labor, pero que indudablemente tiene beneficios pues se trata de generadores de material educativo para sectores que no tienen acceso a educación de calidad.
Otros ejemplos tangibles de inteligencia artificial son los sistemas de reconocimiento facial y los filtros de imágenes que se aprecian en los programas de edición de fotos y en las redes sociales como TikTok que permiten transformar imágenes con resultados que parecen reales. También se incluye el sistema de recomendación de contenidos de Netflix, las búsquedas de Google o Bing, etc.
Y a futuro se vislumbran muchas más posibilidades interesantes para la inteligencia artificial, por ejemplo, la conducción autónoma total de vehículos, en la que un avanzado sistema de inteligencia artificial toma el control de la unidad y decide de manera automática las acciones a realizar.
Qué cosas no pueden sustituir los algoritmos de inteligencia artificial
No obstante, existen ciertos procesos no automatizables, incluso con el uso de la inteligencia artificial más avanzada. Su repertorio de algoritmos matemáticos todavía no puede replicar cualidades netamente humanas como las emociones, la empatía o la intuición. Algo que se manifiesta en las siguientes actividades.
Creación artística y musical
El arte y la música representan formas de expresión creativa que demandan un alto nivel de sensibilidad y comprensión. A pesar de que los sistemas de IA pueden generar imágenes y sonidos que resultan indistinguibles de los producidos por seres humanos, aún no pueden concebir obras verdaderamente originales y expresivas.
Atención personalizada a clientes
Brindar atención al cliente requiere de empatía y la capacidad de entender las necesidades del cliente. Si bien los sistemas de IA pueden ser útiles para automatizar tareas repetitivas, como responder preguntas frecuentes, no pueden ofrecer el mismo grado de atención personalizada que un humano.
Toma de decisiones complejas
Las decisiones complejas frecuentemente implican juicio y una intuición que todavía no se ha logrado replicar completamente en los sistemas de IA. Por ejemplo, un médico debe ser capaz de evaluar una amplia gama de factores al decidir un tratamiento para un paciente. Aunque un sistema de IA puede proporcionar información sobre las posibles opciones de tratamiento, no tiene la capacidad de tomar la decisión final.
Comunicación en lenguaje natural altamente sofisticada
Si bien la inteligencia artificial puede mantener conversaciones básicas en lenguaje natural, las conversaciones altamente sofisticadas, como debates filosóficos profundos o negociaciones diplomáticas delicadas, aún son un desafío para la automatización completa debido a la complejidad de la comunicación humana.
Trabajo manual altamente especializado
Las labores que requieren destreza manual extrema y habilidades especializadas en entornos impredecibles, como la cirugía altamente compleja o la reparación de equipos sofisticados, son difíciles de automatizar por completo debido a la necesidad de adaptarse a situaciones únicas y cambiantes.
Consejería académica especializada
La empatía humana y la comprensión de las emociones son esenciales en roles que implican interacción social, como la consejería u orientación vocacional. A pesar de los avances en chatbots y asistentes virtuales, la empatía real y las conexiones significativas todavía son difíciles de lograr para las IA.
Toma de decisiones éticas y morales
Las decisiones que involucran dilemas éticos y morales a menudo dependen del contexto, los valores personales y la reflexión profunda. Las IA pueden proporcionar información y análisis, pero no pueden tomar decisiones éticas de la misma manera que los humanos, ya que estas decisiones suelen ser subjetivas.
Para terminar, es importante destacar que la inteligencia artificial sigue evolucionando, y en el futuro podría llegar a automatizar algunas de las tareas que actualmente no son susceptibles de automatización. Sin embargo, es probable que siempre existan áreas que requieran la participación humana.
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